jueves, 22 de marzo de 2012

EL YO TRIADICO: LA TRÍADA DEL PENSAMIENTO


LA TRÍADA DEL PENSAMIENTO:


Hemos de estar dispuestos a liberarnos de la vida que hemos planeado para llevar la vida que nos espera.
JOSEPH CAMPBELL

    INTERÉS/ PREOCUPACIÓN: Estrategias y creencias.
    PROBLEMAS DE: Inseguridad y ansiedad.
    BUSCA: Seguridad.
    SENTIMIENTO SOTERRADO: Miedo.

Si la tríada del instinto se ocupa de mantener un sentido de sí mismo y la tría­da del sentimiento de mantener una identidad personal, la tríada del pensa­miento se ocupa de encontrar sentido de orientación interior y apoyo. Los sen­timientos dominantes en los tipos Cinco, Seis y Siete son la ansiedad y la inseguridad. Para decirlo de otro modo, a los tipos de la tríada del instinto les interesa resistirse a aspectos del presente; los tipos de la tríada del senti­miento están orientados hacia el pasado porque se han construido una ima­gen a base de recuerdos e interpretaciones del pasado; los tipos de la tríada del pensamiento están más preocupados por el futuro, como si preguntaran:
«¿Qué me va a ocurrir? ¿Cómo voy a sobrevivir? ¿Cómo prepararme para evitar que ocurran cosas malas? ¿Cómo avanzar en la vida? ¿Cómo arreglár­melas?».
La tríada del pensamiento se ha desconectado de los aspectos de nuestra verdadera naturaleza que en algunas tradiciones espirituales llaman la mente callada. La mente callada es la fuente de orientación interior que nos da la ca­pacidad de percibir la realidad tal como es. Nos permite ser receptivos a un conocimiento interior capaz de orientar nuestra acción. Pero así como rara vez estamos totalmente presentes en el cuerpo o en el corazón, rara vez acce­demos a esa cualidad de la mente callada y espaciosa; por el contrario, en la mayoría de nosotros la mente es una parlanchina, y por eso hay personas que pasan años en monasterios o en retiros para acallar sus mentes inquietas. En la personalidad, la mente no está callada y no «sabe» naturalmente; vive tra­tando de inventar alguna estrategia o fórmula para poder hacer aquello que crea que le permitirá funcionar en el mundo.

DIRECCIONES DE LA «HUIDA» EN LA TRIADA DEL PENSAMIENTO

Los tipos Cinco, Seis y Siete no logran tranquilizar sus mentes. Esto es un problema porque la mente callada nos permite sentirnos enormemente apoyados; en la mente callada surgen el conocimiento y la orientación inte­rior, y eso nos da seguridad para actuar en el mundo. Cuando están bloquea­das estas cualidades sentimos miedo. Sus reacciones al miedo distinguen a los tres tipos de la tríada del sentimiento.
El tipo Cinco reacciona retirándose de la vida y reduciendo sus necesi­dades personales; se cree demasiado frágil y poca cosa para sobrevivir a salvo en el mundo; el único lugar seguro es su mente, por lo tanto acumula allí lo que cree que le ayudará a sobrevivir hasta estar preparado para volver al mun­do. Los Cinco también piensan que no tienen suficiente para satisfacer las exigencias de la vida práctica. Se retiran hasta que logran saber algo o domi­nar alguna habilidad que les permita sentirse lo suficientemente seguros para salir del escondite.
El tipo Siete, por el contrario, se enfrenta a la vida y parece no tener miedo de nada. Al principio parece raro que los Siete estén en una tríada a cuyos tipos les afecta tanto el miedo, puesto que por fuera son muy aventureros. Pero, a pesar de las apariencias, tienen muchísimo miedo, aunque no del mundo exterior: tienen miedo de su mundo interior, de quedar atrapados en el dolor emocional, en la aflicción y, sobre todo, en sentimientos de ansiedad. Por lo tanto escapan sumergiéndose en la acti­vidad y la expectación de la actividad. Inconscientemente, el Siete inten­ta mantener ocupada la mente para que no afloren sus ansiedades y dolo­res soterrados.
En el tipo Seis, el central de esta tríada (situado en el vértice del trián­gulo equilátero), la atención y la energía están dirigidas hacia dentro y hacia fuera. Por dentro el Siete se siente angustiado, por lo cual se lanza a la activi­dad externa y la expectación del futuro, como el Siete. Pero una vez hecho esto, finalmente teme cometer errores y ser castigado o abrumado por exi­gencias impuestas, de modo que, como el Cinco, se «apresura a replegarse en sí mismo». Nuevamente lo asustan sus sentimientos y así continúa el ciclo reactivo, en que la ansiedad hace saltar su atención a su alrededor como una pelota de ping-pong.
Los tipos de la tríada del pensamiento tienden a tener problemas rela­cionados con lo que los psicólogos llaman la «fase de separación» del desa­rrollo del yo. En esta fase, alrededor de los dos a cuatro años de edad, los ni­ños comienzan a preguntarse: «¿Cómo puedo alejarme de la seguridad y cuidados de mamá? ¿Qué es seguro y qué es peligroso?». En circunstancias ideales, la figura paterna se convierte en apoyo y guía, la persona que ayuda al niño a desarrollar habilidades e independencia.
Los tipos de esta tríada representan las tres formas como los niños po­drían intentar negociar la fase de separación y superar la dependencia. El tipo Seis busca a alguien semejante a una figura paterna, una persona que sea fuerte, digna de confianza y autoritaria; así, los Seis se las arreglan con la pér­dida de orientación interior buscando orientación en los demás; buscan apoyo para independizarse, pero lo irónico es que tienden a depender justamen­te de la persona o el sistema que emplean para encontrar la independencia. El tipo Cinco está convencido de que el apoyo o es inasequible o indigno de confianza, de modo que trata de compensar la pérdida de orientación inte­rior resolviéndolo todo mentalmente y solo; pero dado que lo «va a hacer solo», cree que debe reducir la necesidad de y el aferramiento a alguien si quiere soltarse y ser independiente. El tipo Siete trata de soltarse buscando sustitutos del sustento y cuidado maternos; va tras aquello que crea que le hará sentir más satisfecho y seguro; al mismo tiempo, a la falta de orientación interior reacciona probándolo todo, como si mediante el proceso de elimi­nación pudiera descubrir la fuente de sustento y cuidado que busca secretamente.

fin del capítulo acerca del YO TRIADICO.

LA TRIADA DEL SENTIMIENTO


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