lunes, 17 de noviembre de 2008

PERSONALIDADES DEL ENEAGRAMA : LAS PASIONES

· El Uno: El perfeccionista – La ira.
El Uno es una persona con un rigor ético muy elevado que le lleva a buscar la
perfección en todo. Su gran nivel de exigencia para sí mismo y para los demás le
lleva a un estado de incomodidad ante el mundo, necesariamente imperfecto, que
le rodea, y este estado de insatisfacción lo convierte en ira. Los Unos son una olla
a presión, cuya rabia controlada puede manifestarse de diferentes formas:
Superioridad frente a las limitaciones de los demás, Perfeccionismo para consigo

mismo y los otros, Crítica constante y tendente a detectar los errores de los demás
y del funcionamiento del sistema circundante. Su máximo deseo es tener la razón
y se creen con frecuencia en posesión de la verdad absoluta, temiendo ser
corregidos. Eminentemente prácticos y realistas, viven de la objetividad y no de la
imaginación.
Su aspecto físico es limpio y bien arreglado. Son tipos clásicos en todo. Altos,
delgados, y siempre preocupados por mantenerse bien físicamente. Su postura es
rígica, con la mandíbula bien apretada y la frente alta.
Su imagen representa serenidad autocontrolada.

· El Dos: El que da – El orgullo.
El Dos es el típico sentimental que vive para los demás, se da al otro como forma
de vivir su propio orgullo. Su actitud aduladora y seductora no es más que una
maniobra para recibir afecto en reciprocidad, para sentirse queridos. Puede llegar
a ser un manipulador afectivo. Su orgullo puede manifestarse de diferentes
formas: Hipervaloración como necesidad de sentirse necesario para los demás;
hipersensibilidad emotiva como miedo a sentirse rechazado, en cuyo caso se
repliega en sí mismo e incluso puede volverse agresivo; seducción mediante el
empleo de técnicas verbales o no, con el fin de atraer la atención de aquellas
personas a las que admiran.
La virtud del Dos es la humildad, mientras que su pasión es el orgullo. Son
llamados el “Disolvente General del Eneagrama” pues se desenvuelven y se llevan
bien con una gran variedad de personas y personalidades; son consejeros ideales,
acogedores y transmiten calidez e intimidad.
· El Tres: El organizador – La vanidad.
El tres es un incesante buscador del éxito en todo lo que hace, para lo cual se vale
de la manipulación y la mentira con el fin de embellecer la realidad y conseguir sus
propósitos. Esta tendencia al engaño puede manifestarse de varias formas:
orientación al éxito y extremada competitividad; manipulación como arte para
conseguir la admiración de los demás; pragmatismo, lo práctico es su filosofía de
vida; ambigüedad, vive dos vidas, una de cara al exterior adornada de apariencias
y otra interior que guarda con recelo.
Viven de la imagen y conservan una apariencia enérgica y cautivadora. Buenos
conversadores, comunican con persuasión y gozan de gran carisma. Son
arrogantes, presumidos y hasta se impresionan consigo mismos.
· El Cuatro: El romántico – La envidia.
Los cuatro perciben la belleza de las cosas e interiorizan todo, su tremenda
sensibilidad les lleva hacia la constante melancolía y hacia el sentimiento de
sentirse especiales, diferentes del resto. Suelen ser artistas, poetas, músicos, y
saben expresar muy bien lo que piensan y sienten.
Románticos apasionados e introspectivos, su pasión es la envidia, el anhelo de lo
que los demás poseen y ellos no pueden tener. Podría decirse que se alimentan
de la añoranza y disfrutan sufriendo. Las manifestaciones de esa envidia pueden
adoptar distintas formas: Insatisfacción con la imagen personal, competitividad a la
hora de medirse con los demás, excesiva intensidad emotiva como medio para
sentirse vivo y especial, incesante búsqueda de afecto y estado de continuo recreo
en su sufrimiento, gustándose de ver en el papel de víctima.
No sólo te he perdido; ya no me conozco ni a mí mismo. ¿Quién soy?
Me paso el tiempo dando vueltas preguntando:
"¿Cómo te llamas? ¿Estás enamorado? ¿De quién? ¿Eres amado? ¿Por quién?"
Una llama no deja de meterse en mi corazón, una llama enorme e
inconmensurable
que ha carbonizado y convertido todo mi ser en cenizas.
Majnun en Layla y Majnun de Nizami
· El Cinco: El intelectual – La avaricia.
El cinco es un buscador nato de conocimientos. Sediento procesador y
acumulador de datos, vive su vida metido entre libros, acaparando sabiduría toda
para sí, lo que le convierte en una especie de ser asocial, huraño y avaro. Las
manifestaciones de esta avaricia pueden ser: tendencias a no comunicar sus
propios conocimientos, desapego social, emotividad distante en el plano afectivo.
Los cinco tienen el aspecto frío y distante de aquel que vive en su propio rincón
sobrio, ajenos a todo, monásticos y guardianes de su autonomía.

· El Seis: El leal – La cobardía.
Tipos contradictorios los seis, basan su virtud, la valentía, en su pecado de
cobardía. Constantes catastrofistas, tienen miedo de todo, pero a su vez, saben
enfrentarse y se levantan siempre con persistencia y determinación después de
haber caído.
La cobardía de los Seis se manifiesta del modo siguiente: cumplimiento estricto de
las reglas, inseguridad y duda ante la toma de decisiones propias por temor a
equivocarse, constante desconfianza y sospecha de las intenciones de los demás,
intolerancia hacia las ambigüedades ya que todo tiene que estar bajo control, las
situaciones fuera de orden les provocan ansiedad.
Mentes despiertas por naturaleza, son los constantes preocupados y angustiados.
Piensan que la vida es dura y hay que luchar por conseguir las cosas, sintiéndose
como guerreros en una ardua y constante batalla.
· El Siete: El optimista – La gula.
La eterna sonrisa y el colorido dan vida al Siete. Optimistas por naturaleza, gustan
de disfrutar de los placeres de la vida y gozar de los instintos. Esta tendencia se
manifiesta de estos modos: narcisismo, maniobras de seducción para atraer hacia
sí a los demás, entusiasmo fácil ante las novedades pero falta de perseverancia
frente a las dificultades, oposicionismo frente a la autoridad en la medida en que
ésta puede coartar sus comportamientos libertinos.
Idealistas, mercaderes de sueños, tan sólo piensan en la satisfacción instantánea,
en superficialidades de las que en seguida se cansan. No soportan la rutina ni los
compromisos y huyen de los problemas; su máxima es “estoy bien, si estoy
contento.
· El ocho: El líder – La lujuria.
Los Ocho son líderes, soberanos, atraedores de masas por su gran carisma. La
virtud del Ocho está en la inocencia y su pasión es la lujuria, la búsqueda del
placer de un modo desordenado. La manifestación de este pecado adoptará
distintas formas: exceso de control sobre su espacio y sus decisiones; tendencia a
la acción, a resultados, sin importar el peso de los sentimientos propios o ajenos;
tendencia al sarcasmo y a la humillación para mostrar su propia valía; resistenciaante todo lo que pueda obstaculizar su libertad o disfrute; excesiva pasión,
exagerada intensidad.
Mantienen la imagen del héroe clásico que alimenta al pobre, robando al
rico.
Directos, pasionales, odian la debilidad, y disfrazan de fuerza y poder su propia
vulnerabilidad.
· El Nueve: El mediador – La pereza.
Los Nueve son personajes taimados, tranquilos, amables y humildes, cuyo gran
pecado es “deja para mañana lo que no puedas hacer hoy”. Su tendencia es a la
omisión, al no hacer, al no decir; prefieren dejar a otros los problemas, evitan los
conflictos que pueden perturbar su parsimonia innata. La pereza puede asumir
estas manifestaciones: resistencia al cambio, aman la rutina; se olvidan de sí
mismos y tienen tendencia a dejarse pasar desapercibidos; evasiones de diversa
índole con tal de alejarse de los problemas y preocupaciones; compensación de
su débil identidad mediante la dependencia hacia sus posesiones o personas de
su entorno íntimo."
consultas gratis mail: eneagrama_7@hotmail.com

LAS PERSONALIDADES DEL ENEAGRAMA










Los razgos principales de las personalidades.



La primera etapa en este proceso es identificar nuestro tipo de personalidad, el cual es el aspecto más áspero y compulsivo de nuestro condicionamiento. Nuestro tipo de personalidad está cimentado en nuestra preferencia subconsciente por una de las nueve pasiones del corazón (Los Siete Pecados Capitales Cristianos de ira, envidia, orgullo, lujuria, avaricia, gula y pereza, además de otros dos: auto-engaño o vanagloria y cobardía). A través de la identificación y la auto-observación de nuestro tipo de personalidad logramos alguna separación de ella (La observación implica separación, Gurdjieff recomienda una observacion imparcial.). La siguiente etapa en este proceso es acallar y separarse de todas las nueve pasiones del corazón, las cuales conforman el corazón del ser inferior. Cuando las pasiones están acalladas empezamos a experimentar nuestra naturaleza esencial, nuestro ser superior, el verdadero "Yo".



Rasgo Principales: Las Pasiones


Pasiòn 1 : La Ira

Pasiòn 2 : El orgullo

Pasiòn 3 : La Vanidad

Pasiòn 4 : La Envidia

Pasiòn 5 : La Avaricia

Pasiòn 6 : La Cobardìa

Pasiòn 7: La Gula

Pasiòn 8 : La Soberbia

Pasiòn 9 : La Pereza




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