LA TRÍADA DEL PENSAMIENTO:
Hemos
de estar dispuestos a liberarnos de la vida que hemos planeado para llevar la
vida que nos espera.
JOSEPH CAMPBELL
► INTERÉS/
PREOCUPACIÓN: Estrategias y creencias.
► PROBLEMAS DE:
Inseguridad y ansiedad.
► BUSCA: Seguridad.
► SENTIMIENTO
SOTERRADO: Miedo.
Si la tríada del instinto se ocupa de mantener un sentido de sí mismo
y la tríada del sentimiento de mantener una identidad personal, la
tríada del pensamiento se ocupa de encontrar sentido de orientación
interior y apoyo. Los sentimientos dominantes en los tipos Cinco, Seis y
Siete son la ansiedad y la inseguridad. Para decirlo de otro
modo, a los tipos de la tríada del instinto les interesa resistirse a aspectos
del presente; los tipos de la tríada del sentimiento están orientados hacia el
pasado porque se han construido una imagen a base de recuerdos e
interpretaciones del pasado; los tipos de la tríada del pensamiento están más
preocupados por el futuro, como si preguntaran:
«¿Qué me va a ocurrir? ¿Cómo voy a sobrevivir? ¿Cómo prepararme para
evitar que ocurran cosas malas? ¿Cómo avanzar en la vida? ¿Cómo arreglármelas?».
La tríada del pensamiento se ha desconectado de los aspectos de nuestra
verdadera naturaleza que en algunas tradiciones espirituales llaman la mente
callada. La mente callada es la fuente de orientación interior que nos da
la capacidad de percibir la realidad tal como es. Nos permite ser receptivos a
un conocimiento interior capaz de orientar nuestra acción. Pero así como rara
vez estamos totalmente presentes en el cuerpo o en el corazón, rara vez accedemos
a esa cualidad de la mente callada y espaciosa; por el contrario, en la mayoría
de nosotros la mente es una parlanchina, y por eso hay personas que pasan años
en monasterios o en retiros para acallar sus mentes inquietas. En la
personalidad, la mente no está callada y no «sabe» naturalmente; vive tratando
de inventar alguna estrategia o fórmula para poder hacer aquello que crea que
le permitirá funcionar en el mundo.
DIRECCIONES DE LA «HUIDA» EN LA TRIADA DEL PENSAMIENTO
Los tipos Cinco, Seis y Siete no logran tranquilizar sus mentes. Esto es
un problema porque la mente callada nos permite sentirnos enormemente apoyados;
en la mente callada surgen el conocimiento y la orientación interior, y eso
nos da seguridad para actuar en el mundo. Cuando están bloqueadas estas
cualidades sentimos miedo. Sus reacciones al miedo distinguen a los tres tipos
de la tríada del sentimiento.
El tipo Cinco reacciona retirándose de la vida y reduciendo sus necesidades
personales; se cree demasiado frágil y poca cosa para sobrevivir a salvo en el
mundo; el único lugar seguro es su mente, por lo tanto acumula allí lo que cree
que le ayudará a sobrevivir hasta estar preparado para volver al mundo. Los
Cinco también piensan que no tienen suficiente para satisfacer las exigencias
de la vida práctica. Se retiran hasta que logran saber algo o dominar alguna
habilidad que les permita sentirse lo suficientemente seguros para salir del
escondite.
El tipo Siete, por el contrario, se enfrenta a la vida y parece no tener
miedo de nada. Al principio parece raro que los Siete estén en una tríada a
cuyos tipos les afecta tanto el miedo, puesto que por fuera son muy aventureros.
Pero, a pesar de las apariencias, tienen muchísimo miedo, aunque no del mundo
exterior: tienen miedo de su mundo interior, de quedar atrapados en el dolor
emocional, en la aflicción y, sobre todo, en sentimientos de ansiedad. Por lo
tanto escapan sumergiéndose en la actividad y la expectación de la actividad.
Inconscientemente, el Siete intenta mantener ocupada la mente para que no
afloren sus ansiedades y dolores soterrados.
En el tipo Seis, el central de esta tríada (situado en el vértice del
triángulo equilátero), la atención y la energía están dirigidas hacia dentro y
hacia fuera. Por dentro el Siete se siente angustiado, por lo cual se lanza a
la actividad externa y la expectación del futuro, como el Siete. Pero una vez
hecho esto, finalmente teme cometer errores y ser castigado o abrumado por exigencias
impuestas, de modo que, como el Cinco, se «apresura a replegarse en sí mismo».
Nuevamente lo asustan sus sentimientos y así continúa el ciclo reactivo, en que
la ansiedad hace saltar su atención a su alrededor como una pelota de
ping-pong.
Los tipos de la tríada del pensamiento tienden a tener problemas relacionados
con lo que los psicólogos llaman la «fase de separación» del desarrollo del
yo. En esta fase, alrededor de los dos a cuatro años de edad, los niños
comienzan a preguntarse: «¿Cómo puedo alejarme de la seguridad y cuidados de
mamá? ¿Qué es seguro y qué es peligroso?». En circunstancias ideales, la figura
paterna se convierte en apoyo y guía, la persona que ayuda al niño a desarrollar
habilidades e independencia.
Los tipos de esta tríada representan las tres formas como los niños podrían
intentar negociar la fase de separación y superar la dependencia. El tipo Seis
busca a alguien semejante a una figura paterna, una persona que sea fuerte,
digna de confianza y autoritaria; así, los Seis se las arreglan con la pérdida
de orientación interior buscando orientación en los demás; buscan apoyo para
independizarse, pero lo irónico es que tienden a depender justamente de la
persona o el sistema que emplean para encontrar la independencia. El tipo Cinco
está convencido de que el apoyo o es inasequible o indigno de confianza, de modo
que trata de compensar la pérdida de orientación interior resolviéndolo todo
mentalmente y solo; pero dado que lo «va a hacer solo», cree que debe reducir
la necesidad de y el aferramiento a alguien si quiere soltarse y ser
independiente. El tipo Siete trata de soltarse buscando sustitutos del sustento
y cuidado maternos; va tras aquello que crea que le hará sentir más satisfecho
y seguro; al mismo tiempo, a la falta de orientación interior reacciona
probándolo todo, como si mediante el proceso de eliminación pudiera descubrir
la fuente de sustento y cuidado que busca secretamente.